Nuestro cuerpecito gitano tammbién siente el cambio en el metabolismo, es decir, en la forma como realiza diversos procesos, como es el caso de la digestión, pues el hígado funciona más lentamente y así el proceso se hace más lento y pesado, por eso ahora todo te cae bomba. Para terminar la lista (es más larga pero la dejaré aquí) debemos prevenir la osteoporosis, que es una especie de sombra al acecho de aquí en adelante.
¿Te suena familiar algo de lo dicho? Si es el caso, no te preocupes... y sigue leyendo.
En resumen, el tema es que las necesidades de nuestro sistema nervioso, digestivo, muscular, cardiovascular y otros más, han variado, y es claro que por lo mismo debemos hacer cambios en nuestra alimentación para adecuarla a nuestras necesidades actuales, para tener una vida plena viéndonos y sintiéndonos regias, porque no hay maquillaje que valga cuando el cuerpo empieza a fallar.
Si quieres renovarte desde el interior, aquí te dejo algunas recomendaciones:
- Reduce tu consumo de grasas. ¿Una dieta permanente? Nada que ver, pero sí planificar una alimentación con pocas frituras y/o muy espaciadas. Reemplaza las grasas habituales en tu dieta, por ejemplo cambia la mantequilla de tu desayuno por queso fresco, y la leche entera por leche descremada. Elije acompañar tu pollo con una ensalada antes que con papas fritas, y si pidieron pizza, limítate a una tajada.
- Consume cereales. En hojuelas, enteros, molidos, como desees, pero aumenta tu consumo de maíz, avena, trigo, frijoles, soya, quinua, etc. Es sólo cuestión de hacerse al nuevo hábito. Yo resolví varios problemas de un tiro comiéndolos en el desayuno, de lunes a viernes (sábado y domingo me abandono un poco y como normalmente pero en cantidades más reducidas).
- Aprovecha los alimentos que cuidan tu figura y tu salud a la vez. El germen de trigo, la jalea real, quesos bajos en grasa, sardinas y pescados ricos en omega 3, pueden ser tus mejores aliados. Para tener una buena dosis de potasio, que favorece el sistema nervioso y mejora la fortaleza muscular, comamos mucha naranja, plátano, palta (aguacate).
- Hazte amiga de las verduras y frutas. Las ensaladas son tu mejor aliado...¡ y son deliciosas! Que sean muy coloridas para asegurar que provengan de diferentes grupos y satisfagan diferentes requerimientos de tu cuerpo y de tu paladar. Frescas o cocidas, las verduras son indispensables para tener elasticidad y buena salud en general. Por su lado las frutas no sólo te aportan vitaminas sino que pueden reemplazar ventajosamente a golosinas o postres, cuando te asalta el deseo por algo dulce o un snack. ¡Está en tus manos!
- Come menos para que puedas comer más. Conforme pasan los años, requerimos menos calorías y por lo tanto, comer menos. Reduciendo la cantidad de tus comidas, mientras vigilas la calidad de los alimentos que consumes, vivirás más años saludablemente, para que puedas disfrutar de la vida y la buena comida.
- Toma un suplemento vitamínico. En un momento de tanto desajuste interior, una dosis adicional de todas las vitaminas y minerales que necesita una persona adulta, es muy oportuna. Recordemos siempre que sólo funciona si uno come de forma equilibrada. Confieso que a veces olvido tomar la pastillita, pero trato de tomar una diariamente.
- Ingiere mucha agua. Un mínimo de dos litros diarios beneficia el trabajo del hígado y los riñones, órganos indispensables de nuestros sistemas. Ayúdales y ellos te ayudarán a ti.
- Gaseosas y refrescos envasados (aún los jugos o bebidas energizantes).
- Bebidas alcohólicas de todo tipo.
- Frituras.
- Postres y golosinas (consumo M-U-Y eventual).
- Mayonesas, salsas y aderezos de ensalada envasados.
- Todo tipo de snacks (papitas, palitos, etc.).
Unos consejos valiosisisisimos. Gracias
ResponderEliminarEncantada de ayudar. Tal vez hacerlo todo de una vez sea muy difícil, pero la idea es iniciar con algo... y aumentar de a pocos. ¡Suerte!
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