domingo, 2 de septiembre de 2018

Pies de Seda con Sal Marina

La sal es un tipo de mineral cristalino (cloruro de sodio) con un elevado contenido de sodio. Sus minerales ayudan a mantener estables los niveles de líquidos en nuestro organismo ayudan al
metabolismo y la absorción de nutrientes, fortalece la buena condición muscular (incluido el corazón), entre otras.
La sal se obtiene de minas de sal o gracias a la evaporación del agua del mar u otras aguas ricas en minerales. En este último caso, hablamos de “sal marina”, procedente de lugares donde se ha producido evaporación del agua del mar (salinas). Este tipo de sal no es refinada, pero suele tener más minerales que la sal común, que es básicamente cloruro sódico con yodo y flúor, y es una sal obtenida por procesos industriales, incluyendo aditivos y conservantes.
Al ser un producto natural, no refinado, la sal marina contiene diferentes cantidades de minerales (según las salinas de procedencia) como magnesio, potasio, hierro, etc. Ya que no ha sido procesada, suele ser de un grano de mayor tamaño, evidenciando su estructura cristalina.

LA SAL COMO EXFOLIANTE
La sal marina, como exfoliante natural, es muy útil y aporta grandes beneficios por su capacidad de eliminar las células muertas y estimular la circulación sanguínea, favoreciendo la regeneración de la piel. También por su capacidad para equilibrar pieles grasosas, con un efecto “detox” natural, y porque nos ayuda a recuperar los minerales que perdemos cada día (potasio y sodio, especialmente). Sin embargo, su uso en zonas delicadas como el rostro, debe ser muy cuidadoso, para no lastimar los tejidos, especialmente en el caso de pieles sensibles.
No obstante, una zona del cuerpo que suele ser poco atendida, y en la que la sal marina demuestra sus grandes beneficios, es en los pies. Y para ello les doy dos recetas, ambas muy sencillas y con resultados fabulosos, para lo cual pueden usar una sal marina de grano medio, pues la de grano muy grande no sirve para nuestros propósitos, y la de grano muy fino realiza una exfoliación mucho menor y puede ser un poco irritante.

SAL MARINA PARA REJUVENECER LOS PIES
Durante el baño,  y con los pies mojados, colocar un poco de sal marina en las manos y frotar con ella los pies, masajeando suavemente toda la piel uno o dos mintutos, especialmente esas zonas donde la piel se vuelve más dura, como los talones, los espacios entre los dedos y los costados del dedo pulgar.
Luego se enjuaga bien los pies con agua fría, de preferencia, y después de secarlos se les aplica una buena crema humectante para pies (en su defecto una de manos estará bien), con lo que obtendrás unos pies de concurso, muy relajados y revitalizados.
Este procedimiento debe realizarse una vez por semana, inicialmente, y luego 1 vez cada 15 días, pues hacerlo con mayor frecuencia no permitirá que la piel se regenere adecuadamente, que es uno de los objetivos de belleza y salud para nuestros pies.

SAL MARINA PARA REMOVER LA PIEL RESECA
Cuando los pies están con piel muy dura y reseca, esta receta es infalible. Remojar los pies en un recipiente con dos litros de agua caliente (no hirviendo, pero que sea soportable, sin quemar) y una taza de sal marina disuelta en el agua.  Luego de tres o cinco minutos, remover las callosidades y asperezas con una piedra pómez o un implemento especialmente diseñado para hacerlo.
A continuación eliminaremos esa agua y enjuagaremos muy bien los pies (sin secarlos) con agua fría. A continuación los frotaremos con un poco de sal marina mezclada con aceite de oliva (que se forme una especie de pasta), masajeando bien toda la piel especialmente talones, planta de los pies, y dedos. Enjuagar finalmente con agua tibia.
Los pies quedarán ligeramente cubiertos con el aceite, por lo que no es conveniente aplicarles crema en ese momento. Unas horas después pueden lavarse (con el jabón habitual) y luego aplicarles crema (una especial para pies sería ideal).
Para pieles que suelen resecarse mucho, este tratamiento puede realizarse cada 15 días, teniendo en cuenta que cada noche se deben lavar bien los pies, secarlos cuidadosamente y aplicarles una buena crema humectante. Con el tiempo la piel mejorará notoriamente su condición y ya no será necesario este tratamiento, y con realizar el de líneas arriba, cada 15 días, será suficiente.

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