Cuando nuestras emociones nos dominan, no pensamos con claridad ni decidimos con sabiduría.
Reflexionemos sobre nuestro comportamiento y dejemos de "rumiar" experiencias negativas.
Buscar la felicidad no es esperar sucesos maravillosos. Es tener presente que muchas veces es mejor caminar buscando la concordia, antes que "ganar" la disputa, pues algunas "victorias" puedes
ocasionarnos más perjuicios que la derrota.
¿Qué queremos para nuestra vida? ¿Es más importante tener la razón que tener paz? ¿Es nuestro Ego tan importante que debemos alimentarlo a costa de nuestra tranquilidad espiritual?
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