La sal es un tipo de mineral cristalino (cloruro de sodio) con un elevado contenido de sodio. Sus minerales ayudan a mantener estables los niveles de líquidos en nuestro organismo ayudan al
metabolismo y la absorción de nutrientes, fortalece la buena condición muscular (incluido el corazón), entre otras.
La sal se obtiene de minas de sal o gracias a la evaporación del agua del mar u otras aguas ricas en minerales. En este último caso, hablamos de “sal marina”, procedente de lugares donde se ha producido evaporación del agua del mar (salinas). Este tipo de sal no es refinada, pero suele tener más minerales que la sal común, que es básicamente cloruro sódico con yodo y flúor, y es una sal obtenida por procesos industriales, incluyendo aditivos y conservantes.
Al ser un producto natural, no refinado, la sal marina contiene diferentes cantidades de minerales (según las salinas de procedencia) como magnesio, potasio, hierro, etc. Ya que no ha sido procesada, suele ser de un grano de mayor tamaño, evidenciando su estructura cristalina.