jueves, 18 de diciembre de 2014

Retomando el ejercicio: ¿qué puedo esperar?

Estaba muy contenta con mi constancia de salir a trotar 3 veces por semana, y porque iba aumentando mi distancia y mejorando mi tiempo, que no busca batir ningún récord ni tiene afanes de competencia sino, únicamente, de salud y condición física, pero.. ¡iba mejorando! Hasta que tuve un problema de garganta que me hizo descansar unos días y al recuperarme, sólo unos días luego de volver a ejercitarme, sufrí un estiramiento en un tendón de la pantorrilla que extendió mi “para” y me obligó a dejar de lado todo ejercicio de piernas. Cuando regresé, casi 4 semanas después, e intenté reanudar mi rutina, me costó un mundo… ¡hacer la mitad de lo que hacía!
He de aclarar que no soy una deportista consumada ni de larga trayectoria, pero estoy haciendo esto
hace tres años, y lo disfruto mucho, además de que me ayuda a controlar mi peso y me da energía y vitalidad. Lastimosamente he iniciado esta práctica justo al inicio de la menopausia, por lo tanto cuando la masa muscular no está en su mejor momento, pero, así y todo, he ido mejorando mucho mi condición física y mi resistencia, así como la satisfacción profunda que se siente luego de comenzar trotando sólo unos pocos metros para que luego, con el tiempo, se llegue a superar los 6 k.  ¡Es fabuloso! (Aclaro que "jogging" (trotar) no es lo mismo que "running" (correr), ya que es un ejercicio más lento y con trancadas más cortas, por lo tanto, menos exigente).

El caso es que salí del descanso forzoso y a duras penas pude hacer la mitad de lo que ya hacía sin ningún problema. Y aquí vino mi interrogante: ¿cuán difícil es va a ser, a mi edad, recuperarme en la práctica del ejercicio que realizaba?

Afortunadamente en http://www.foroatletismo.com  ha publicado un artículo "¿En cuánto tiempo se pierde la forma física?" en el que se detalla el efecto de dejar de entrenar, según el plazo, y se indica que por 5 semanas de para hay un 70% de pérdida de forma física.  Si a eso le sumamos el tema de la edad… (a partir de los 50 años la disminución en la masa muscular es mucho más pronunciada y se acompaña de un aumento de la grasa intramuscular), bueno, el desastre queda claro ¿no?
Cuando le conté esto a una amiga me contestó que por eso no hacía ejercicio, porque si lo dejaba, luego era más trabajo volver a retomarlo… y es gracioso ese razonamiento. Es como no querer tomar el remedio que nos curaría de la enfermedad, porque si me olvido de una dosis o no lo tomo correctamente, no me sanará y me pondré peor… Es cierto, pero por eso... ¡hay que hacerlo correctamente! De nada nos sirve dejarlo de hacer. ¡Eso no tiene sentido!

Hacer ejercicio no sólo es bueno y agradable, sino que es importante para nuestra salud. El tema es realizar uno que sea compatible con la condición física inicial, y empezar de forma lenta y gradual, sin sobreexigirnos, para evitar cualquier tipo de daño o lesión. Consultar al médico antes de iniciar es también una medida muy sensata. Si hay una lesión o por algún motivo se detuvo la práctica deportiva, hay que tomárselo con calma y retomar lentamente, de forma que podamos volver al rendimiento anterior poco a poco. ¡Es el momento de que la paciencia controle a la ansiedad!

Normalmente un alejamiento de más de 10 días demandará al menos una semana de readaptación, seguida de una semana de entrenamiento moderado antes de volver a la práctica habitual. Si la para fue de más de 20 días, habrá que recomenzar con un plan lento, comprendiendo que el cuerpo después de los 50 requiere más cariño y paciencia que rigor. Total, salvo que estés entrenando para las Olimpiadas, no hay apuro ¿cierto?

Actualmente estoy siguiendo ese plan, caliento con cuidado, hago disciplinadamente mis estiramientos previos, y aunque no hago todavía la distancia que hacía antes de la para, estoy aumentando poco a poco. Ya me siento mejor al trotar, más cómoda y menos esforzada, y estoy volviendo a sentir uno de los grandes beneficios del ejercicio: ¡disfrutar practicándolo!

1 comentario:

  1. He de añadir que los parámetros indicados se basan en personas que realizan ejercicio de una hora diaria. Si estamos hablando de un ejercicio interdiario, el proceso será más largo.

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