Todos queremos tener una vejez feliz y poder disfrutar de la vida. En el caso de las mujeres, la mayoría se orienta a comprar productos de belleza "antiaging", cuidar su
cabello, hacer todo lo que no hicieron antes, etc., pero cuando se busca información sobre el secreto de una vejez saludable, que permita disfrutar la vida, el énfasis de los expertos está en dos puntos: alimentación saludable y ejercicio físico adecuado a la edad y las condiciones de la persona.
Sobre lo primero se ha dicho y escrito de todo, y existe hiperabundancia de información, pero sobre lo segundo hay un poco menos, pues cuando vamos ganando años el cuerpo a veces va acumulando dificultades particulares que no siempre son compatibles con algunos ejercicios.
Ése es mi caso, pues mi escoliosis no me permite hacer movimientos que impacten en mi columna o le exijan esfuerzo. He pasado por varios instructores y personas entendidas, y en algún punto terminaba haciendo algo indebido con la posterior inevitable contractura de espalda que me dejaba una semana fuera de toda actividad, sin contar el dolor al menor movimiento y todas las complicaciones de juntar ambas cosas. No fue hasta que llegué a una cirujano retirado que se dedica a la acupuntura, que después de eliminar mis dolores y permitirme caminar derecha de nuevo, me dio la receta perfecta: "haz aquello que no te ha lastimado nunca, pues probablemente nunca lo hará".