jueves, 28 de agosto de 2014

¡Me lo corto! El cabello después de los 50

Me he cortado el cabello. Y no es un recorte solamente, ¡es una declaración de independencia!
Yo he usado el pelo largo desde que tengo memoria, y en mi adolescencia lo recorté un poco (a la altura de los hombros) y me fascinaba llevarlo en media cola, suelo con una hebilla a un lado, etc. Con los años mi peinado habitual fue la cola de caballo. No es que me quedara genial, sino que cualquier corte en capas (que también lo probé) me convertía en la versión femenina del Rey León, mientras que mi gusto iba por un pelo ordenado y prolijo, que sólo lograba con el cepillado en el salón de belleza o la plancha en casa (que me toma tiempo y me aburre a morir). Nunca sabía qué hacer con él y cada mañana, al mirarme al espejo, me sentía derrotada por una hermosa mata de cabello... que no servía para nada.

Cuando pensaba en las mujeres sentada por horas en un salón de belleza para arreglarse el cabello, siempre sentí rechazo, me parecía de locos. Creo que, definitivamente, no soy muy "perica" (pretensiosa, coqueta, fina, ¿cómo lo dicen en tu país), aunque me seduce la idea de verme bonita, no estoy dispuesta a pasar un tiempo excesivo en mi arreglo personal, me gusta la rápido y efectivo, y con los años eso se ha acentuado en mí. Cada vez valoro más lo práctico sobre lo bonito y el ahorro de tiempo sobre lo superfluo. No sé si le pasa a otras mujeres, pero me pasa a mí. Sigo queriéndome ver bien, pero en otro contexto.
Así que me corté el pelo chiquito, aún en contra del deseo de mi esposo que, aunque sea amarrado le gustaba ver mi cabello largo. Ya mi comodidad va primero, y ahora todo lo que necesito es peinarme luego de salir de la ducha y punto. Como no es absolutamente lacio, trataré de hacerle un tratamiento para que no se ondule, que es lo que sucede hoy por hoy, pero aunque al principio no me gustaba nada, creo que con los días ya me acostumbré a mi nueva apariencia, y todo el mundo me dice que me ha quitado años de encima. ¿No es genial?
Una nueva etapa de la vida debe traer un enfoque actualizado a las nuevas condiciones, debe traer la disposición de adecuarnos a un cuerpo que no es el mismo, un rostro que va mostrando los signos de la edad, nos guste o no, a una vida que no puede permanecer estática sino que debe evolucionar. Yo trataré de hacerlo... cada día.
Si te interesa un cambio de look, te presento algunas imágenes que te puedan servir de inspiración.


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