lunes, 18 de septiembre de 2017

Aloe contra la Resequedad Vaginal

En un post anterior tocamos el tema de la Resequedad Vaginal (ver: http://felicessincuenta.blogspot.pe/2014/06/resequedad-vaginal-en-la-menopausia-un.html) y en esta ocasión quiero compartir una nueva alternativa de solución sumamente natural.
Se trata del Aloe o Sábila, planta muy conocida por sus grandes beneficios, pero en este caso por sus particulares efectos cicatrizantes muy utilizada en lesiones de la piel, como quemaduras, raspones, irritación, etc., gracias a su poder regenerador de las células de la piel, estimulando y fortaleciendo las fibras de colágeno y elastina. También posee grandes propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias, lo que ayuda en el caso de irritación o inflamación vaginal. 

CÓMO HACER ÓVULOS DE ALOE O SÁBILA


El funcionamiento del gel de aloe en la piel es sencillo, ya que se encarga de aumentar el entrelazado de las fibras de colágeno que recubren la piel y que son las encargadas de regenerar los tejidos y volver a dar a la piel su aspecto saludable. Este fenómeno se produce a causa de la regeneración celular que el aloe desencadena con su aplicación sobre la piel. Pero esta regeneración celular no es algo aleatorio, sino que se debe a una serie de sustancias que este gel contiene y que debemos ver con atención.
Todo lo que tienes que hacer es cortar una  hoja de la planta y dejarla escurrir verticalmente para que descargue su contenido de yodo. 
De noche, antes de acostarte, en una superficie muy limpia y con un cuchillo con filo y también muy limpio, corta un pedazo de esa hoja ya escurrida, una "tajada" de 1 cm de ancho (puedes guardar el resto de la hoja para seguir usándolo luego)  y córtale los extremos laterales (donde están las espinas). Luego pela la capa superior de la cáscara y también la inferior, y te quedará un trozo de pulpa totalmente limpio. Con cuidado lo cortas para que tenga el tamaño aproximado de un óvulo de los que venden en las farmacias. 
Ya en tu cama,  introduce ese "óvulo" de aloe en la vagina y te quedas echada hasta el día siguiente. Al levantarte e ir al baño verás que sale solo sin necesidad de sacarlo (es increíble pero sucede, no tengas temor). 
Un ginecólogo me recomendó hacer esto y aunque me resultaba un tanto extraño, lo hice por 15 días, descansé una semana y luego otros quince días (hacer lo mismo cada noche) y hoy no tengo más molestias ni uso medicina alguna. Es realmente algo muy sencillo e inocuo, pero sumamente efectivo.
Te lo recomiendo!!!

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