viernes, 13 de junio de 2014

Resequedad vaginal en la menopausia: ¿un tabú?

La resequedad vaginal es un problema bastante común que responde a causas diversas como infecciones, cirugías, algunos medicamentos, cuadros agudos de estrés o depresión, procesos de quimioterapia, el uso de anticonceptivos o desequilibrios hormonales, y que se produce cuando los tejidos de la vagina dejan de estar lubricados (es decir, ya no producen ese líquido transparente que normalmente cae en nuestra ropa interior y, en su momento, facilita el sexo). Esa falta de lubricación ocasiona molestias (ardor o picazón al caminar) y dolor intenso al sostener relaciones sexuales.
Cuando la resequedad vaginal obedece a la disminución de los estrógenos en el cuerpo de una mujer por la menopausia, (sea natural o forzada luego de una histerectomía) se denomina vaginitis atrófica y afecta a cerca del 50% de las mujeres entre los 40 y 50 años. Como lo lees: la mitad de la población femenina del rango de edad. ¡No eres tú solamenteeeeee!

¿Por qué nunca hemos oído del tema? Porque normalmente las mujeres no hablamos de ello, nos parece vergonzoso reconocer que nuestras capacidades sexuales están mermadas y que sufrimos por esa causa, hasta hacer del tema casi un tabú. Pero callar de ese modo es un grave error pues añade más sufrimiento al que ya tenemos. ¡Encima debemos aparentar que todo está bien!


Callar nos hace sentir culpables de algo malo y eso es incorrecto. Es mejor tomar el toro por las astas y compartir lo que se está viviendo. Puedes comentarle a tu pareja  que no estás en las condiciones normales y te sientes frustrada por ello, pero que juntos pueden superarlo. Así tu pareja podrá entender por qué estás distinta y ayudarte. Si se trata de un proceso temporal, todo volverá a la normalidad en poco tiempo, pero si se trata de un proceso post menopáusico, es importante que no conviertas esto en un problema mayor tratando de esconderlo.

Hay algunas estrategias que pueden ayudarte a salvar la situación de forma temporal y te permitirán disfrutar de tu vida de pareja de forma saludable y placentera, mientras vas a  pasar una consulta con un especialista, el ginecólogo en este caso, para que te examine y te de un diagnóstico preciso.

  1. ¡Viva el gel!  Afortunadamente existen productos en el mercado que se adquieren sin receta médica (porque no son medicina) y si bien no curan el problema, lo resuelven temporalmente. Son geles lubricantes o humectantes vaginales a base de agua, no tienen contraindicaciones y te devuelven la lubricación perdida, evitando de paso la posibilidad de una lesión vaginal. Los encontrarás en las farmacias grandes y hasta en los supermercados. El gel se aplica directamente en el área de la vagina o puedes cubrirle el pene a tu compañero antes del sexo (¡puede ser muy divertido!) o hacer las dos cosas, sólo ten en cuenta de hacerlo justo "antes de".  (Yo he usado el gel de Poise, y es buenísimo). Otros productos deben colocarse internamente con un aplicador y tienen mayor duración, por lo tanto te permiten una mayor discreción.
  2. Una vez más, la Soya. Ya lo hemos dicho, la soya debe ser parte de la dieta de toda mujer mayor de 40, pues las isoflavonas que contiene potencian la acción de los estrógenos. (Puedes ver más recomendaciones alimenticias en (http://felicessincuenta.blogspot.com/2013/01/6-alimentos-imprescindibles-en-tu-dieta.html)
  3. ¡¡¡A tomar agua por litros!!! Mientras más agua tomes, todos tus tejidos se encontrarán en mejores condiciones, especialmente las mucosas, como es el caso del revestimiento vaginal. 
  4. Haz ejercicio. El organismo funciona mejor cuando hay actividad intensa (aeróbica o anaeróbica) de forma regular, y todos tus sistemas responderán mejor si te ejercitas de forma periódica. 
  5. Visita a tu médico. Aunque el uso de un gel puede ayudarte "cuando más lo necesitas", es importante que te vea un especialista, pues un desequilibrio hormonal afecta muchos aspectos de tu salud. Tal vez te proponga alguna terapia en base a estrógenos u otro elemento, generalmente en forma de tabletas, óvulos o cremas vaginales, que no sólo aliviará la resequedad vaginal, sino que favorecerá tu bienestar. 
¡Ojo! No tener actividad sexual no te libra de preocupaciones en este tema. Es igualmente importante que consultes con tu médico y alivies ese síntoma pues la resequedad vaginal te puede hacer más propensa a contraer infecciones vaginales causadas por bacterias u hongos y a desarrollar úlceras o fisuras en las paredes de la vagina.

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